Búsqueda de señales precursoras a erupciones volcánicas, en el Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA)

Las erupciones volcánicas están precedidas por la migración de fundido y gases a través de un sistema de fracturas desde cámaras o reservorios de magma en profundidad hacia superficie. Un objetivo primordial en la vigilancia de volcanes activos es determinar a través de mediciones superficiales este movimiento de masas (gases, fundido), e identificar indicios que señalen con anticipación una evolución hacia un eventual proceso eruptivo (precursores). Estos movimientos de fluidos se manifiestan normalmente en términos de cambios geodésicos y geofísicos (deformación del suelo, sismicidad), termométricos y geoquímicos. Sin embargo, debido a la complejidad de los sistemas volcánicos-hidrotermales, estas variaciones no siempre señalan un inicio de la actividad eruptiva, sino que responden a la dinámica de comportamiento del sistema. La volcanología moderna busca comprender el “funcionamiento” de cada sistema magmático dentro de su contexto geológico. En este sentido, el Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA) del IDEAN está trabajando para comprender los centros eruptivos actuales, y en particular para identificar señales precursoras que puedan ser aplicadas a la vigilancia volcánica.

Mapa de ubicación de la caldera de Caviahue y el volcán Copahue.


Desde el punto de vista de la deformación de los volcanes, los primeros desarrollos están siendo aportados por la doctoranda Lic. María Laura Vélez, quien ha trabajado, junto a investigadores del Instituto CEDIAC de la UNCuyo (Dr. Pablo Euillades),  en el estudio de la deformación superficial en volcanes activos mediante la técnica de interferometría diferencial SAR. Las velocidades de deformación obtenidas son utilizadas como dato de entrada para la modelización inversa del fenómeno a fin de caracterizar la fuente responsable de las variaciones observadas en superficie.

Mapa de velocidad de deformación con imágenes ascendentes.


Como laboratorio natural fue analizado el comportamiento del volcán Copahue, localizado en la provincia de Neuquén (37° 45′ S; 71°10.2′ O, 3001 m s.n.m.), por representar uno de los centros volcánicos más activos de Argentina y sin dudas el de mayor riesgo para las poblaciones cercanas. La medición de la deformación superficial entre el 2002 y 2008 nos permitió, mediante la aplicación de la técnica SBAS-DInSAR a partir de imágenes Envisat-ASAR, identificar un fenómeno de subsidencia con velocidad media de 2 cm/año, en coincidencia con el edificio del volcán Copahue. La construcción de series temporales de deformación para cada pixel de la imagen SAR, permitió además identificar de forma precisa el comienzo del proceso deflacionario, a principios del 2004, y las variaciones en la tasa de deformación dentro del área afectada. Mediante modelos matemáticos basados en la mecánica de sólidos se cuantificaron los principales parámetros de la fuente responsable de la deformación observada (localización, volumen y profundidad), siendo una primera aproximación que posibilita la caracterización de las perturbaciones que originan el fenómeno medido en superficie.

Esquema del sistema magmático-hidrotermal que alimenta al volcán Copahue.


Esta investigación constituye uno de los primeros estudios de geodesia volcánica en nuestro país, enfocado a la evaluación del comportamiento y estado de actividad de los centros eruptivos, ya que permite identificar y cuantificar de forma espacial y temporal el fenómeno de deformación asociado a las perturbaciones del sistema incluso en periodos de reposo de la actividad volcánica. Es importante recalcar que el presente trabajo, permite avanzar en la aplicación de esta disciplina en trabajos de seguimiento de la actividad de sistemas volcánicos activos, sentando las bases para su extensión a otros sistemas volcánicos y geotermales de la cordillera de los Andes.

Modelado de la fuente de deformación.


Otro de los laboratorios naturales en los que se está trabajando, con muy buenos resultados, es la región del Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caullé. Junto al grupo del CEDIAC-UNCuyo, se trabaja en un proyecto Category 1 de la European Space Agency (ESA) donde se analizan varias escenas ENVISAT-ASAR obtenidas antes, durante y después de la erupción del 4 de junio de 2011, comprobando que la deformación cortical puede ser utilizada como un precursor de la crisis volcánica en la zona.

 

Contacto: acaselli@gl.fcen.uba.ar

Más Información: http://www.idean.gl.fcen.uba.ar/wp-content/cvs/Manual_Cenizas_2011.pdf

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