Amílcar Herrera en el departamento de Ciencias Geológicas: Homenaje al geólogo y pensador latinoamericano

Un justo y tardío homenaje al Dr. Amílcar Herrera se realizó en el Departamento de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Organizado por el Programa de Historia de la FCEN y el Departamento de Geología, el pasado 2 de Mayo una numerosa concurrencia participó de este reconocimiento, que coincidió con la publicación de La Ménsula, órgano de difusión del Programa de Historia.

Participantes del evento de homenaje al Dr. Herrera.

El geólogo Amílcar Herrera se graduó en nuestra Facultad como Licenciado en Ciencias Naturales en 1947. Realizó su tesis doctoral en 1950 bajo la dirección de Horacio Harrington en los Yacimientos de Hierro de Sierra Grande, provincia de Río Negro. Entre 1950 y 1951 realizó estudios postdoctorales en la Colorado School of Mines, en Vail, Colorado, Estados Unidos, donde obtiene un Master of Science in Economic Geology, siendo el primer especialista en esa disciplina en el país. Se incorpora como profesor de Geología Económica en la FCEyN en 1952 y al año siguiente lo invitan para dar simultáneamente este curso en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata. Se convierte así en el primer profesor de Geología Económica en Argentina, materia que recientemente se había integrado a la curricula de Geología. Es nombrado por concurso en 1957 Profesor Titular de Geología Económica. Dicta varios cursos y dirige las tesis doctorales de Horacio García Campra, , Herbert Korten y Rogelio Clayton en diferentes distritos mineros del país. A su vez investigó numerosas pegmatitas graníticas en las sierras de Valle Fértil, La Huerta, San Luis, Catamarca, Velasco y  Sierra Brava, publicando sus resultados en diversas revistas y congresos. Sus resultados finales los da a conocer en su conocida obra “Geochemical evolution of zoned pegmatites of Argentina” en el Economic Geology en 1968.
Su libro sobre “Los recursos minerales de América Latina” publicado por EUDEBA en 1965, marcó un punto de inflexión en sus trabajos de investigación posteriores. Su renuncia después de la tristemente famosa “Noche de los Bastones Largos”, de la cual en estos días se cumplen 50 años, lo llevó al exilio en Chile, donde enseñó en la Universidad de Chile en Santiago. En 1971 lo dejan cesante nuevamente por sus ideas progresistas y retorna a la Argentina para trabajar e investigar en la Fundación Bariloche. De esos años surge el Modelo Mundial Latinoamericano, como respuesta al que en el Club de Roma había presentado el M.I.T. Este modelo lo llevó a la fama y a ser conocido en las más diversas partes del mundo. El golpe militar de 1976 lo lleva nuevamente al exilio a la Universidad de Essex en Inglaterra. Su exilio final lo pasa en Universidad de Campinas, São Paulo, donde funda el Instituto de Geociencias y siembra en varias generaciones sus ideas sobre la Ciencia y su compromiso con la Sociedad.

Gilberto Gallopin, ecólogo y estrecho colaborador del Dr. Herrera en el Modelo Mundial Latinoamericano.

La reunión contó con la presentación de diversos aspectos de la vida de Amílcar Herrera. Se inició con reflexiones de Alejandra Herrera, hija y economista, estrecha colaboradora de su padre, Amílcar Herrera, quien se refirió a diversos aspectos de su personalidad y pensamiento; Víctor Ramos, como geólogo y ex alumno del Prof. Herrera, destacó sus contribuciones geológicas; Gilberto Gallopin, biólogo y ecólogo, estrecho colaborador de  Herrera  se refirió al Modelo Mundial Latinoamericano y al Proyecto Económico para América Latina, cerrando las presentaciones el joven investigador Jonathan Tobal, geólogo y miembro del Programa de Historia de la FCEN.
El Dr. Gallopin describió el Modelo Mundial Latinoamericano del que fue un importante colaborador como ecólogo a través de su participación en la Fundación Bariloche. Relató como se había gestionado y el importante rol de Herrera como directo0r en su formulación, seguimiento y feliz término. Describió la personalidad de Herrera, su infatigable labor en desarrollar el hoy llamado Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Desarrollo.

El Dr. Jonathan Tobal y la Dra. Herrera durante la presentación.

Sus libros y publicaciones le han llevado a tener una proyección continental, siendo un referente no sólo en los países subdesarrollados, sino que es amplia y globalmente reconocido  en las instituciones especializadas del primer mundo por sus contribuciones en el rol de la ciencia en la sociedad. Su obra en el campo de la geología argentina, ha quedado eclipsada por su labor en el terreno de la política científica con obras como “Ciencia y política en América Latina”.

Vista del aula Aguirre con los participantes del homenaje.

El cierre del homenaje estuvo a cargo del Dr. Jonathan Tobal, quien se refirió a sus aportes en el Consejo Directivo de la FCEN, donde participó de profundos debates con sus ideas y principios, dejando un legado a los jóvenes científicos de esta casa de estudio. Destacó la vigencia de su pensamiento cuando nos dice:
“La concepción, que supone que coexisten sociedades modernas con otras en etapas de desarrollo correspondientes a períodos históricos del pasado, implica suponer que el subdesarrollo no es más que una etapa temprana del desarrollo, y que éste puede alcanzarse simplemente mejorando la educación e introduciendo nuevas tecnologías (…) Esta visión simplista, que no siempre es ingenua, ignora el hecho fundamental, dado que el subdesarrollo es una situación estructuralmente diferente, donde las economías periféricas están destinadas a producir materias primas para los países industrializados. Esta relación desigual, sin embargo, no sería suficiente para mantener a esos países en el atraso, de no ser por la existencia de una estructura interna complementaria de la dependencia externa, caracterizada por el dominio económico y político de una oligarquía compuesta principalmente por los propietarios de la tierra y los beneficiarios del comercio de exportación e importación. Para estos grupos dominantes, el mantenimiento de la dependencia es una condición necesaria para la conservación de sus privilegios y, son  el obstáculo más sólido que se opone a la ruptura de la dependencia externa, sin la cual no es posible un verdadero proceso de liberación”.
Para mayores detalles se rmite a los interesados a la siguiente publicación.
La Ménsula, Año 9 Nº 22, revista del Programa de Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.

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