Bernardino Rivadavia: a 200 años de la fundación del Museo de Historia Natural de Buenos Aires

En ocasión de cumplirse el bicentenario de la fundación del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia uno de nuestros investigadores preparó una semblanza publicada en la Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales en su número de homenaje de este discutido prócer de la Revolución de Mayo. El autor es consciente que hablar de Rivadavia es entrar a analizar una de las figuras más polémicas de los inicios de la historia argentina y que ha suscitado innumerables disputas, diatribas y ensalzamientos sin par. Desde “el más grande hombre civil de la tierra de los argentinos” de Mitre, hasta “mulato que se preciaba de su proximidad familiar a los virreyes mientras cumplía los designios políticos del imperio británico” del Padre Castañeda, hay una infinidad de epítetos sobre su persona.

 

Rivadavia circa de 1809.

Sin embargo, Rivadavia en distintas etapas de su vida cuando debió gestionar en diferentes cargos públicos los intereses de la Revolución de Mayo, demostró siempre una sabiduría y una actitud patriótica sin par. Tuvo un rol substancial en cuatro momentos bien definidos, los primeros años de la revolución como secretario del Primer Triunvirato (1811-1812), durante su estadía en Europa, en parte como Ministro Plenipotenciario (1814-1820), como primer ministro del Directorio (1821-1824) y como presidente de la República (1826-1827).

Adhirió tempranamente a los principios del utilitarismo bajo la influencia del filósofo y politólogo Jeremy Bentham en Londres. El utilitarismo sostenía en aquellos años que “las mejores leyes son las que benefician a muchos y no a una reducida élite”.

Imbuido de esos principios promulga diferentes leyes y resoluciones, entre las que se destaca la creación de la Universidad de Buenos Aires. Emulando a Bentham intenta crear la primer universidad no confesional de América, intento que rápidamente es subsanado en la implementación de la nueva universidad por su rector el presbítero Saenz.

 

En el lado de la Razón y la Ciencia estaba Bentham cargado de libros y en el del Dinero y el Interés el Arzobispo de Canterbury y Obispo de Londres.

La litografía muestra la rivalidad entre la primer universidad secular no religiosa, la University of London (hoy University College of London) y la segunda propuesta de King’s College, donde la religión era una parte esencial de la currícula y de la vida universitaria.

 

Retrato que preside desde hace casi 100 años la sala del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

La Universidad de Buenos Aires y el Museo de Ciencias Naturales deben mucho en sus etapas iniciales  a Bernardino Rivadavia, quien se preocupó de buscar y contratar a sus primeros profesores, veló por su desarrollo en locales adecuados, y aportó los fondos para su mantenimiento.

Esta semblanza nos da una oportunidad de repasar los momentos iniciales de la Revolución de Mayo y la actuación de Rivadavia en sus diferentes cargos de gestión, con una perspectiva más desapasionada y con una apreciación quizás más justa de su aporte pionero.

Para mayores detalles se remite a:

Ramos, V.A. 2012. Bernardino Rivadavia y las Ciencias Naturales. Revista Museo Argentino de Ciencias Naturales, n.s. 14(2): 213-222.

Webpage: http://www.macn.secyt.gov.ar/investigacion/publicaciones/revista