Bitácora de viaje de una campaña a la Formación Los Colorados

Un grupo de jóvenes investigadores del CONICET (IDEAN, CIGEOBIO y UNLP) retomamos desde 2014 la exploración paleontológica y geológica de la Formación Los Colorados, mundialmente reconocida por la importancia de sus fósiles. En nuestra campaña más reciente, en julio de 2017, un grupo de más de doce exploradores (incluyendo investigadores y estudiantes) pasamos 15 días en búsqueda de nuevos fósiles y datos geológicos que nos permitiesen aportar a la reconstrucción del ecosistema de unos 220 millones de años atrás. Esto es clave para comprender la recuperación luego de una de las mayores extinciones que afectó a la vida sobre el planeta y el establecimiento de los dinosaurios como animales dominantes en los ecosistemas terrestres durante los próximos 155 millones de años.

 

Trabajamos en el maravilloso ambiente del Parque Nacional Talampaya en la Provincia de La Rioja, alejados a más de una hora en vehículo doble tracción del asentamiento más cercano. Aquí, los ruidos de la civilización son reemplazados por el sonido del viento y de los pocos animales que se dejan ver por el grupo de naturalistas, siempre deseosos de poder observarlos. En esta zona el clima es hostil, con una gran amplitud térmica, un muy frecuente viento zonda (viento muy cálido y seco que puede alcanzar grandes intensidades y viene acompañado de muy baja presión atmosférica) y una total ausencia de cursos de agua superficiales.

En julio, los días son cortos pero no por eso menos productivos. La ansiedad por los nuevos descubrimientos que nos esperaban hacía que ya desde el alba, e incluso sin luz, hubiera actividad en el campamento. Especialistas en la búsqueda de distintos grupos de animales de los más dispares tamaños, desde los grandes dinosaurios hasta los minúsculos antecesores de los mamíferos pasando por los representantes del linaje de los cocodrilos, organizaban diariamente grupos de búsqueda y extracción de fósiles. Paralelamente, los geólogos se dedicaban a recolectar datos y muestras que permitieran entender el ambiente en el que los organismos vivieron. La intensidad y el estilo de trabajo realizado rindió sus frutos. Hacia el final de la campaña habíamos superado las metas que nos habíamos propuesto. Colectando especímenes que aportarán información novedosa y pudiendo obtener información del ambiente donde se desarrolló esta asociación de organismos.

Una anécdota: una mañana temprano, ya en el lugar de trabajo y listos para comenzar, una densa niebla cubrió todo el valle en el que nos encontrábamos y no se veía nada a más de 20 metros de distancia. El clima no ayudaba en nada, la frase recurrente era: “¡Che, creo que tengo puesto encima casi todo lo que traje y ni te digo el frío que tengo!”. Sin embargo, el grupo no se amedrentó y organizamos una estrategia de búsqueda que consideraba que cada uno estuviera a la vista de otros dos para no perdernos en el laberíntico entorno, salimos a la búsqueda de fósiles. Mientras tanto, otros valientes permanecieron estoicamente avanzando en la excavación en un entorno neblinoso que emulaba a cualquier película de terror de clase B que puedan imaginar. A pesar de las condiciones, este día fue uno de los más productivos pues encontramos especímenes de gran valor científico y finalizamos la extracción de restos de un gran dinosaurio.

Panorámica de la localidad visitada

Panorámica de la localidad visitada

Otra anécdota: La vuelta al campamento es siempre difícil. Se termina por el día la posibilidad de nuevos hallazgos. A pesar de estar cansados por el largo día y con el sol que se esconde rápidamente, uno siempre quiere seguir buscando. Claro, cuando uno llega al campamento, comienza la aventura de cocinar en un entorno natural. Un hecho que parece no hacer mella en la oferta culinaria que proponen los avezados miembros de nuestro equipo, incluyendo platos gourmet de diferentes lugares del mundo, pizzas y ¡hasta pastas caseras! Hay que aclarar que, en un clima como este, los tallarines se secan casi instantáneamente al colgarlos de un tender improvisado construido a base de bidones y palos de escoba.

Cocinando en el campamento

Cocinando en el campamento

Integrantes:

Investigadores: Juan Martín Leardi (IDEAN, CONICET), Leandro Gaetano (IDEAN, CONICET), Alejandro Otero (UNLP, CONICET), Cecilia Apaldetti (PVSJ, CONICET), Pablo Alonso (IGEBA, CONICET).

Estudiantes doctorales: Gisela Benegas (PVSJ, CONICET), Imanol Yañez (PVSJ, CONICET).

Estudiantes de licenciatura: Ana Moreno (UBA), Diego Padovani (UBA), Juan Sotomayor (UBA), Mariano Militello (UNLP) y Nicolás Nieto (UBA).

Equipo de trabajo

Equipo de trabajo